Toluca, Estado de México, 3 de junio de 2020. La Secretaría de Cultura y Deporte lamenta el deceso de Laszlo Frater Hartig, quien desde 2019 se retiró del servicio público debido a su delicado estado de salud.
El fallecimiento del reconocido músico, el pasado 2 de junio, conmocionó a la comunidad musical que, a partir de la noticia, ha externado muestras de cariño a quien fuera fundador, en 1991, del Conservatorio de Música estatal, institución que dirigió hasta agosto del año pasado.
Laszlo Frater es recordado por su amor a la música y por la exigencia con la que formó a muchas generaciones de músicos mexiquenses, quienes hoy representan al Edoméx a nivel nacional e internacional y muestran la calidad de los estudios que hicieron en el Conservatorio de la entidad.
Frater Hartig supo que su vida estaría consagrada a la música, primero por la dinastía de chelistas de la que descendía, así como por sus valores de disciplina, respeto, amor, amistad y lealtad.
Orgulloso de lo que había logrado con la fundación del Conservatorio, y cada una de las categorías en que se impartían clases, Laszlo siempre buscó dar continuidad a su labor como músico y pugnar por el derecho a la profesionalización de los mexiquenses en la música, de ahí su exigencia y perfeccionamiento.
Este reconocido músico y académico deja un legado inigualable en el país y en el estado, de los que, declaró, se había enamorado y por ello permaneció aquí hasta su muerte.
“Aprovecho toda la experiencia que Dios me permitió como músico en los más distinguidos conservatorios del mundo, europeos, americanos, canadienses, y con esta idea de aplicar lo mejor que yo sé, y lo mejor que yo he recibido pagarle todo mi afecto y cariño que he recibido de México”, comentó en entrevista.
Llegó en 1976, se integró a la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), como primer violonchelista; en 1988, Miguel De la Madrid le otorgó la Condecoración del Águila Azteca como fruto de su desempeño y contribución a difundir el arte musical en México.
Además, fue nombrado asesor cultural de gobernadores, particularmente con Mario Ramón Beteta e Ignacio Pichardo Pagaza, este último se encargó de crear un grupo de intelectuales para fundar una escuela de música de primer nivel y atender el talento con que cuenta la juventud mexicana.
El Conservatorio de Música del Estado de México honrará siempre su memoria, continuando con dedicación y profesionalismo la preparación de los jóvenes que encuentran en la música una forma de vida, como la que vivió Laszlo Frater.